A diferencia de Yukio Mishima, que apenas los vio desde lejos y casi no pudo escucharlos, Yuzo Kayama pasó algunas horas con los Beatles en el Tokyo Hilton, donde se hospedaron durante su gira de 1966. Fue el único japonés que los trató un poco. Kayama, a sus 29 años, era ya una celebridad múltiple: su disco Kimi to itsu made mo, aparecido un año antes, era el más vendido en la historia en Japón y había protagonizado una decena de películas, entre otras Sanjurô y Barbarroja de Akira Kurosawa. Se explica que los organizadores lo invitaran, pero quizá no contó menos que Kayama hablara un perfecto inglés, rasgo aún inusual en un japonés.
En la habitación del piso 19 escucharon Rubber Soul y Hawai no kyûjitsu (Vacación en Hawai). Kayama, que en una popularísima saga cinematográfica interpretaba al hijo del dueño de un restaurante de sukiyaki, pidió servicio de sukiyaki a la habitación y él mismo cocinó, sirvió el platillo y los instruyó en la forma de comerlo. Debió reconvenir a Lennon, que se hizo el gracioso bajándose de la silla para sentarse en el suelo y, con la barbilla pegada a la mesa, y con un solo palillo. McCartney, en cambio, le causó muy buena impresión. Al día siguiente, Kayama asistió al concierto de los Beatles en el Nippon Budokan. Años después grabaría versiones de Yesterday, Here, There, And Everywhere, Something, Imagine y alguna otra (aunque al crooner impecable que era Kayama le iba mejor el My Way de Sinatra, desde luego).
Son muy distintas de las que improvisó con Inoue Yosui en enero de 1988, en El Show de Yuzo Kayama, el programa que tenía en NHK, dentro de la serie Nuestros Beatles (Bokura no Bitorozu).
Inoue Yosui, que nació en 1948, se inició como cantante de enka, hasta que escuchó a los Beatles, aprendió a tocar la guitarra y la armónica y se aventuró a componer. Su otra gran influencia es Bob Dylan. Es uno de los grandes músicos japoneses y, sobre todo, un compositor y letrista formidable: complejo, sutil, ambiguo y pobremente traducible. No es difícil reconocer en la preciosa Shônen Jidai (Infancia) el piano de Let It be.
En 2014, cuando apareció The Art of McCartney, un álbum de homenaje en el que hay interpretaciones de Bob Dylan (Things We Said Today), Brian Wilson (Wanderlust), Willie Nelson (Yesterday), Smokey Robinson (So Bad), Harry Connick Jr. (My Love) and You Name It (son 42 piezas), los productores de la versión japonesa, para añadir un bonus track local, invitaron a Inoue Yosui, que eligió I Will y produjo una versión tropicalísima con La Orquesta de la Luz.
Sobre McCartney, Inoue ha dicho: “Hay tanta gente en el mundo que ama la música como estrellas en el cielo. No hay modo de medir el amor de cada uno por la música, pero en cuanto a mí respecta creo nadie la ama más que Paul McCartney. No me cabe la menor duda”1.